Por Colette Davidson

Ha sido un largo camino hacia la curación para Jineth Bedoya Lima, que fue víctima de una agresión sexual a manos de paramilitares en mayo de 2000, mientras trabajaba para El Espectador.

En medio del conflicto armado de Colombia, Bedoya visitó la prisión La Modelo en Bogotá para investigar las supuestas ventas de armas entre los paramilitares y los funcionarios del Estado. Allí, Bedoya fue secuestrada, torturada y agredida sexualmente por tres paramilitares.

Este acontecimiento le marcó no solo a nivel personal, sino también a nivel profesional, y ha guiado su carrera periodística desde entonces. Ahora Jineth es una referente de la denuncia de la violencia sexual en su país natal, Colombia, y en todo el mundo, y ha recibido numerosos premios, aparte de la Pluma de Oro de la Libertad de WAN-IFRA, por su valentía.

"Estos premios son la respuesta a un sacrificio personal que ha durado muchos años", afirma Bedoya, que actualmente es periodista de investigación y Subeditora en El Tiempo. "Desde que me secuestraron he tenido una carrera profesional de éxito y estoy agradecida por ello, pero el sacrificio de mi vida personal es inconmensurable".

El caso de agresión sexual de Bedoya ha sido el primero en Colombia de este tipo que se ha llevado a un tribunal internacional, presentándose en la Corte Interamericana de Derechos Humanos en julio de 2019.

"Esto establece un precedente en materia de libertad de prensa en la región y ha significado más compromiso y más trabajo porque no es solo mi caso personal", dice Bedoya. "Tiene el potencial de afectar a todas las mujeres periodistas que, lamentablemente, trabajan en situaciones muy precarias".

Aunque Bedoya trabaja principalmente en la redacción de El Tiempo, ha continuado investigando casos de violencia de género y pasa gran parte de su tiempo viajando por el país para hablar con las víctimas y documentar los abusos. También participa en conferencias sobre violencia sexual y sigue sensibilizando a la opinión pública sobre el tema.

Desde 2009, dirige la campaña "No es hora de callar" para denunciar la impunidad en los casos de violencia sexual en el marco del conflicto armado de Colombia. Y recientemente creó la iniciativa #MiVozCuenta para denunciar la explotación sexual comercial de niños y niñas, y permitir que las víctimas cuenten sus propias historias.

"Para bien o para mal, todo lo que hago está relacionado con lo que me pasó hace 20 años", dice Bedoya. "Es imposible como periodista desconectarse de algo tan difícil como lo que he vivido”.

"Usar el periodismo para concienciar a la gente sobre un crimen tan atroz es lo que me ha permitido conectar mi experiencia personal con mi trabajo y documentar otros temas relacionados con la violencia de género", afirma Bedoya.

Pese a dedicarse fundamentalmente a las causas de la igualdad de género y la violencia sexual, Bedoya también es plenamente consciente de la necesidad de la libertad de prensa en su país. Ha habido avances en el conflicto interno  de Colombia, incluyendo el histórico acuerdo de cese del fuego en 2016 y la disolución del movimiento guerrillero de las FARC en 2017. Pero la violencia se ha reanudado, y los periodistas en Colombia siguen siendo víctimas de ataques, amenazas, secuestros y asesinatos, y a menudo se autocensuran para protegerse. Muchos ven sus comunicaciones interceptadas o se enfrentan a la estigmatización por sus reportajes. Reporteros sin Fronteras dio a Colombia una calificación de 130 en su Índice Mundial de Libertad de Prensa de 2020.

Bedoya espera que la obtención del premio Pluma de Oro de la Libertad contribuya a sensibilizar a la opinión pública sobre la difícil situación de todos los periodistas de Colombia que luchan por contar las historias que no se cuentan y arriesgan sus vidas para poder descubrir la verdad.

"Los periodistas en Colombia necesitan cubrir la guerra, el narcotráfico, los conflictos entre los grupos paramilitares y los grupos armados, y al mismo tiempo, informar al público y contar estas historias", dice Bedoya.

"No podemos cesar en el empeño de contar estas historias. Este premio reconoce ese trabajo. Es un gran apoyo para los periodistas, para mostrar que su trabajo puede cambiar la realidad de comunidades enteras".